¡Hola! Qué gusto estar por acá, me siento agradecida y bendecida de ocupar este espacio y deseo que sea la primera de muchas. Ojalá que cuando me leas estés con una taza de café o té, relajada o relajado, regalándote un tiempo para ti (eso es #amorpropio también), yo lo hago mientras escribo, con mucho amor y gratitud en servicio a esta gran misión de vida que tengo que es compartir.
Bienvenida y bienvenido a este tu espacio, serán muchas cosas por contar y algo curioso que tiene este UniRveRso que acabo de crear para ti, es justo eso, UNIR a pesar de lo crudo, rudo, triste, pensativo que podrá ser llevar un mensaje de amor, porque a pesar de todo y de todos, aún hay vida para poder construir un UNIVERSO más armonioso… así que cada que me leas verás una palabra resaltada y al final las irás uniendo y habrá un mensaje para ti.
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Cuando iba en la primaria, corría el año de 1999, era 5to grado y recuerdo que nos comenzaban a preparar para aprender cómo exponer en clase. Teníamos que elegir un tema en específico, una problemática social o ambiental. Y desde esos años los casos de #violencia eran “tremendos”, pero en un lugar específicamente: Ciudad Juárez, Chihuahua. Un Estado en el norte de #México, y la ciudad más poblada de dicho Estado, para ser precisa: 1, 501, 551 habitantes, según el Censo de Población y Vivienda de 2020 del #INEGI y es también la sexta más poblada del país. Una zona donde la principal fuente de empleo son las maquilas; para el año de 1970 era la zona con mayor número de parques o zonas industriales de ese giro, muchos empleos fueron creados y muchas #mujeres empezaban a generar ingresos para sus hogares, pero también, años después, incrementaban las desapariciones y muertes de ellas.
"Bajándome del autobús tuve un flashback a esos años, y frente a mí, esa imagen que me impactó: un 'mini cementerio', cruces que tienen el nombre de cada mujer, veladoras y artículos que les pertenecían. Un espacio en el centro de la ciudad con recuerdos de esos sucesos que pasaron y siguen pasando".
Ciudad Juárez, llena de luces que sólo alumbraban los espectaculares y zonas urbanas, una ciudad fronteriza del “gabacho”, los Estados Unidos de América, un país dominante, y poderoso, señalado internacionalmente por no jugar limpio, pero de fácil acceso para nuestros paisanos que van en busca del “sueño americano”. Un primer mundo tan cerca al Estado de Chihuahua, pero tan lejos en cuestiones económicas y educativas. Los hombres con mayor frecuencia eran los que se iban y las mujeres se quedaban en casa a cuidar de los hijos y esperar los dólares porque la única aspiración que se les fomentaba (no a todas) era casarse, tener hijos, y si no alcanza, vete a la maquila (cosa que todavía sigue ocurriendo en algunas zonas y no sólo de ahí, sino de todo el país).
Justo a esa edad tuve la fortuna de conocer a una mujer chihuahuense, era novia de un tío. De viva voz me contaba historias de todas esas mujeres, ella sabía de vecinas, amigas de amigas que vivían esa situación. Me decía que el ambiente se sentía como en las películas de terror, que se podía oler a la muerte cerca, a mí se me erizaba la piel, pero al mismo tiempo la tristeza y la impotencia inundaban mi ser, y yo, con tan sólo 9 años, podía imaginarlo todo; sólo imaginaba, porque sentía el problema tan lejos —y digo lejos tanto en territorio como en contexto— pero hoy ya no lo imagino, hoy lo vivo, porque me encuentro en un #EstadoFeminicida, hoy el problema nos rebasó, hoy siento lo que ella sentía, percibía y olía.
Pasó el tiempo y ella regresó a Ciudad Juárez, en ese entonces no había #redessociales, sólo cartas postales y llamadas de larga distancia —carísimas, por cierto— y nos comunicábamos muy poco, pero constante; y un día nos perdimos la pista, espero que mi querida María se encuentre bien donde quiera que esté, y si algún día lee esto, decirle que las historias que me contó fueron de mucha utilidad para mi exposición y mi vida. Mi cartulina blanca de ése día tenía muchas cruces negras, tal y como cuando llegué, por azares del destino, a esa ciudad. Bajándome del autobús tuve un flashback a esos años, y frente a mí, esa imagen que me impactó: un “mini cementerio”, cruces que tienen el nombre de cada mujer, veladoras y artículos que les pertenecían. Un espacio en el centro de la ciudad con recuerdos de esos sucesos que pasaron y siguen pasando. En las noches la ciudad era más sombría, daba miedo, los comercios cerrados desde muy temprano, sólo dejaban esa luz cenital en sus aparadores que la hacían ver más tétrica.
Y nuevas historias llegaron a mis oídos, parecía que la vida ya me acercaba a lo que hoy con amor y servicio realizo. Y no tiene mucho que vi el documental de “Las Tres Muertes de Marisela Escobedo” (está en #Netflix y te lo recomiendo si quieres sensibilizarte más con el tema, a mí me desgarró) y recordé que yo estuve parada tomando una fotografía turística del lugar, el mismo lugar en el que a Marisela la mataron. Qué triste que 10 años después, hasta que su caso se viralizó por el documental, la miraron, la reconocieron, le dieron valor y les IMPORTÓ. Y aquí viene mi pregunta: ¿ya para qué?, años antes maquiladoras quedaban vacías y eran sustituidas por más mujeres de manera rápida porque la producción era la que importaba, y hoy: #MÉXICOFEMINICIDA, titulares de primeras planas en periódicos, incluso internacionales, son consecuencia de decir: “sólo, sólo es una más”.
Y yo, yo quiero que NUNCA SEAMOS #NIUNAMÁS, #NIUNAMENOS, yo quiero que SEAMOS.
Yo soy Ro… ¿y tú, quién eres? Porque para mí ya ERES, sin etiquetas, sin juicios de valor, sin número de maquila… quiero conocerte aunque sea a través de líneas, porque juntas…SOMOS.
Gracias por estar. Nos leemos en la próxima. No olvides tu café… y las risas para endulzarlo.
Te leo en los comentarios o recibo tus mensajes en: @elblogdero por #instagram, #tuiwtter: @LaRoHRo, o por correo electrónico: rociocomunicacion@hotmail.com
Mi muy estimada Ro, en efecto, vivimos una época caótica. Sin embargo, recuerda que este tipo de movimientos son provocados, no son casuales. El miedo, desde siglos atrás, ha sido utilizado para controlar a las masas, porque nubla el razonamiento y nos impide analizar con claridad las causas que lo provocan. Yo también soy padre de familia y me preocupa lo que les pueda suceder a mis hijos, en especial a mi hija, por eso, cobra especial relevancia la labor que ustedes desarrollan desde su trinchera. Admiro tu valor y decisión, al ser parte de este movimiento. Te saludo con afecto!
Creo que debemos tanto hombres como mujeres cuidarnos los unos a los Otros si vemos a alguien en peligro, con miedo, asustad@, debemos preguntar no hacernos como si nada pasara, creo que desde pequeños inculcar en mi caso a mis hijas a exigir ese respeto pero al mismo tiempo otorgarlo también, lamentablemente vivimos en un Mexico agresivo y mafioso, pero si algo se es que SOMOS mas los buenos y que nosotros podemos iniciar el cambio por que todos SOMOS.....
Gracias por ayudarnos a encontrarnos a nosotros mismos, por darnos un empujoncito para valorarnos y querernos, por apoyarnos a salir del hoyo.
El peligro que se vive en el país se ha llevado mucha gente inocente, que no pudo salir de ese sitio del que temía y su vida fue arrebatada.
SEAMOS … Gracias por ser y por estar, primera vez que te leo y me has dejado un un buen sabor de boca aunque me quedo con el corazón estrujado por los tristes acontecimientos que se viven en Nuestro México.
"UNIR": ese verbo que tanta falta nos hace practicar en este país...